2006-06-15

Silencios aritmicos.

Siempre he creído que lo que separa a las buenas canciones de las grandes canciones es que unas son técnicamente correctas, requieren de un virtusismo al ser ejecutadas para que la obra exprese aquello que quiere expresar. Mientras que, las segundas, simplemente son las que te llegan y hablan por ti cuando tus palabras no son suficientes.

En ese sentido hoy vivo en silencio. No es que esté sordo, con otitis u otra cosa. Simplemente aun estoy en ese estado de que la música suena muy bajo... ya muy lejana... pero sigue sonando difusamente marcando mis pasos, los latidos de mi corazón y mis tiempos. No hay una canción que exprese mi estado de ánimo. Estoy entre dos canciones con la nostalgia de una gran canción que terminó y otra que tengo casi la certeza de que será mucho más potente que la anterior, pero que no se puede bailar, se debe vivir y cantar a solas.

Lamento mucho el daño provocado, pero confío en que hice las cosas de la mejor manera posible.
Lamento las ilusiones deshechas y las promesas que no cumplí, porque se cuanto duele. Porque también me tocó estar de ese lado alguna vez. Porque también tenía esas ilusiones que construímos juntos y que por ello no tendré con nadie más.

Pero no puedo vivir de lamentaciones porque el show debe continuar. Y mientras escribo estas líneas como la última vez que comentaré lo sucedido, se escucha que alguien dicta el fin del silencio contando...

Y uno, y dos...
Y un, dos, tres y...